Una depresión asociada al trabajo sigue siendo una depresión puede que se llame burnout, pero sigue siendo una depresión y hay que tratarla como tal, señala Villegas. Las enfermedades mentales son multifactoriales, pues influye la predisposición genética, los estresores económicos, el maltrato en la infancia, las enfermedades crónicas, el ambiente laboral, los rasgos de personalidad y en las mujeres pesa mucho la carga hormonal”.Ĭuidar la salud mental Así como el resto de la población, los médicos desarrollan enfermedades como la depresión y la ansiedad.
“Es como si el trabajador hubiese tenido una vida perfecta antes de entrar a determinado trabajo y allí se agotó, lo que es poco real. Como se llama de otra forma, entonces, el paciente no está deprimido, sino que está quemado”.Ĭuando se tiene el diagnóstico de burnout se pierde el panorama de la enfermedad mental en los profesionales de la salud, que puede que esté o no asociada al trabajo, agrega el doctor. El burnout es la no aceptación de que existe una depresión de base.
“Desde mi experiencia, el burnout como constructo diagnóstico solo se fija en lo laboral y excluye los demás factores, lo que dificulta hacer el tratamiento adecuado. Hay estudios que demuestran que más del 90 por ciento de los profesionales de la salud que tienen burnout en el fondo están deprimidos, dice Villegas. Sin embargo, para el doctor Felipe Villegas, médico psiquatra, con especialización en salud ocupacional, el burnout es una forma de depresión enmascarada. Cada día se publican más encuestas acerca del burnout o síndrome del quemado que aparece como una respuesta al estrés prolongado.Įl personal sanitario tiene la particularidad de tener que tratar con pacientes, que son personas con dolor y sufrimiento, así como el reto de alivianar la carga emocional que genera la enfermedad en sus seres queridos.Įl cuidado de la salud es un trabajo que conlleva mucha presión, sin contar la sobrecarga laboral que aguantan estos profesionales debido a los turnos, la saturación de los servicios de salud, la ineficiencia al interior del sistema, los bajos salarios, el pobre balance en la vida personal y la agresividad a que ahora se enfrentan por parte de pacientes y familiares.